Órganos impresos, bisturíes a medida y otras aplicaciones médicas de la impresión 3D

Una de las tecnologías que más impacto ha tenido en los avances en medicina de los últimos años ha sido la impresión 3D. En la década de los 90 se comenzó a utilizar en la producción de implantes dentales y prótesis personalizadas, sorprendiendo incluso a su inventor, Charles Hull, quien no anticipaba un uso tan beneficioso en el ámbito médico.

Hoy día, la impresión 3D permite crear prótesis más avanzadas, como órganos artificiales y brazos protésicos controlados mediante estímulos cerebrales. También se ha mejorado la precisión en los procedimientos quirúrgicos gracias a la producción de modelos anatómicos y herramientas adaptadas, lo que ha contribuido a optimizar el resultado de las intervenciones. Por si fuera poco, la impresión 4D también promete nuevas oportunidades en regeneración de tejidos y cirugías reconstructivas.

Además, la lucha contra el cáncer ha experimentado avances significativos gracias a la impresión 3D. Recientemente, la Unidad de Tecnologías Avanzadas en Diseño e Impresión 3D (UTADI 3D) del Hospital 12 de Octubre de la Comunidad de Madrid ha implementado moldes impresos en 3D en sus tratamientos oncológicos. Estos moldes mejoran la precisión y seguridad del tratamiento radioterápico ofreciendo así una atención personalizada y de vanguardia en el campo de la medicina.

En el campo de las prótesis médicas, el avance de esta tecnología permite producir piezas adaptadas a la anatomía única de cada paciente, siendo cada vez más sofisticadas, funcionales, cómodas, livianas y estéticas.

Hoy en día, la bioimpresión combina células y biomateriales para la creación de tejidos y órganos vivos que pueden servir tanto para reemplazar estructuras dañadas o envejecidas, como para sustituir a los modelos animales en ensayos farmacológicos o en la generación de modelos de enfermedades.

La técnica, conocida como impresión 4D, permite imprimir objetos tridimensionales capaces de autoensamblarse mediante estímulos externos, como campos magnéticos, y ejercer una fuerza controlada sobre el tejido circundante.

Actualmente, en el Instituto IMDEA Materiales de la Comunidad de Madrid, trabajan en proyectos relacionados con el uso de la impresión 4D en medicina. El proyecto BIOMET4D, financiado por el Consejo Europeo de Innovación, pretende desarrollar una nueva generación de implantes con propiedades dinámicas para restaurar tejidos, aplicables en cirugías reconstructivas en afecciones como la craneoestenosis, por la cual los huesos del cráneo del bebé se cierran prematuramente.

No cabe duda de que la impresión 3D y 4D, con su capacidad para personalizar tratamientos y mejorar la eficiencia operativa, está transformando no solo cómo los médicos abordan la atención al paciente, sino también cómo los pacientes experimentan su tratamiento y recuperación. A medida que avanzamos, es probable que continúe siendo una fuerza motriz en la innovación médica y que con cada avance nos acerquemos a un futuro donde la medicina personalizada sea la norma y no la excepción.

Pedro Jesús Navarrete Segado, Investigador postdoctoral, Impresión 3D y Biomateriales, IMDEA MATERIALES

Fuente: IMDEA Materiales